lunes, febrero 27, 2006

domingo, febrero 26, 2006

Viejas minificciones

Insomne
Por la noche, la loca les ponía a sus ovejas camisones con flores verde manzana. Les cantaba ciertas canciones para que se durmieran. Pero ella nunca lograba conciliar el sueño, porque, a la hora de contar, ninguna oveja saltaba la valla.

Disfraces
Las sábanas cubren cada cosa de la casa. Cada cosa de la casa se queda, en realidad, y cada cosa de la casa se pregunta por qué insisten en disfrazarla de fantasma, si son ellos los que se convertirán en espectros de alguna u otra manera.

Tardanza
La muerte te esperó ansiosamente. Vos, que ignorabas lo que ella planeaba para tu futuro, te quedaste mirando la vidriera de un bazar viejo del centro. La muerte se cansó de esperarte y se fue maldiciendo. Perdiste tu oportunidad: ahora sólo te queda aprender a ser eterno.

miércoles, febrero 15, 2006

las viejas de lengua, la loca (y vieja) de historia y la de plástica a secas

A no asustarse con las caras de pasaporte de unas. Pero tampoco confiar en la
apariencia de mujeres reflexivas y centradas de las otras.

sábado, febrero 11, 2006

El Cucu la tiene clara

El Cucu la mira con desconfianza. Ya no es lo mismo. Algo cambió.
María se fue, ahora vuelve. Parece una histeriquita. Que vengo, que voy, que vengo, que me vuelvo a ir. Cómo no va a estar enojado el perro.
Ahora que ella estuvo de viaje por cuarta o quinta vez desde el inicio de su relación, él aprovechó para irse a pasar unos días al campo, con un tipo un poco careta, pero piola, qué sé yo. El caretita ese lo dejaba dormir debajo de la cama, y escuchaban Jorge Drexler como dos buenos amigos.
Llegó María y se pudrió la joda. Hora de volver con las muñecas. Al Cucu le gusta estar con las muñecas, y le gusta estar con María, también, pero está enojado. Y a decir verdad, las muñecas le dan miedo: en octubre del año pasado creyó ver que una de ellas se movía, no se lo va a olvidar. Eso sí: por suerte va a poder ver al perrito ese de la vuelta al que... quiere tanto y a la amiga de María, la divina esa que le habla de igual a igual y juega con él a las escondidas. Y por suerte ya no está la rompe de la gata, la tocaya de la amiga de María. Se escapó, la loca. Era hora.
Cuando el tipo piola lo lleva de vuelta a su residencia en la calle Agustín de Arrieta, lo primero que hace es ir al patio, a ver si algo cambió.
Es una jungla, y las muñecas son ahora unas Jane estáticas. La de la lámpara como cabeza hasta tiene un vestido que podría pasar por el vestido de la novia de Tarzán. Al Cucu le gusta pensar que es el Rey de la Selva, y aúlla y los vecinos putean mientras aumentan el volumen del televisor. A él no le importa. Y le tira onda a María para que haga de Chita. O a ella no le gusta la idea, o no entiende la propuesta, o tiene ganas, pero prefiere hacerle unos mates al caretita, que tan bien se ha portado. Y, bueno, piensa el Cucu, allá ella. Una vez que los papeles se invertían... Hubiera estado interesante.

miércoles, febrero 01, 2006

Acusan de violentos a mis posts







He recibido algunos comentarios acerca de la violencia que caracterizan a mis últimos posts.
Aquellos que se sintieron traicionados por la suspensión momentánea de mis pacíficos textos e imágenes, tomen esto como una compensación. Pero no vayan a leer y ver la fotonovela que prontamente será subida.