domingo, diciembre 31, 2006

Sopa y cadáver

"Algo pasa ahí.".

Eso huelo: sopa y cadáver. Sopa de letras de trigo candeal, un cadáver no muy exquisito. Los dedos aprisionan la nariz, el paso se hace más rápido, se mira la puerta con asco y desconfianza.

La peluca tirada en el suelo, rulos plasticoides recorridos por hormigas exploradoras. Yemas que tocan el piso mugriento de días, que protegen del polvo esos pequeños sectores del piso. Los ojos cerrados y los anteojos puestos. Vestido de entrecasa. Bigotes sin depilar. Un zapato apenas agarrado al dedo grande del pie izquierdo.

Gran controversia se suscita en torno a la figura de la gallina: que si fue primero el huevo o ella, que si dice algo cuando cacarea o no, que si come realmente gusanos o hace que se los come para divertir a los pollitos, que la pechuga o la pata. Cuando el gallo no está, las gallinas comen. Y sirven para ser comidas. Sin dudas, nada mejor que un pedazo de pollo o de gallina en una sopa de fideos de trigo candeal. Todo, para matar el frío.

El frío cubre toda la casa, un frío que no entra colado por una ventana. Un frío que no puede ser calmado por una sopa. Ni aún queriendo.

sábado, diciembre 23, 2006

La feliz manera

Ibamos saltando de acá para allá. Ibamos acortando un camino agrio de miércoles.
Nos sentamos debajo de una palmera. Yo desconfiaba de ella, tenía miedo de que una paloma hiciera de las suyas sobre mi cabeza. Esa es mi fobia.
Todo empezó con un comentario tonto, y de ahí surgió una discusión grandota sobre vaya a saber qué tema, ya no me acuerdo. Y me olvidé de la palmera, de las palomas.
Al rato, lloraba. Una vez más. Movía el pie, más nervioso que nunca, para adelante y para atrás, con tanta energía que ahuyentaba a los mosquitos que rondaban esta plaza veraniega. Pateaba el aire, por no patear cabezas, y mis manos se retorcían y golpeaban mi falda como las manos de una nena chiquita. Pensaba en mi papá.
Gritos. El tiempo pasaba en un círculo vicioso que era necesario cortar. Yo no me creía capaz de lograrlo.
Y pasó. Habrá sido la suerte, algún dios, la madre naturaleza o simplemente una paloma vengadora la que resolvió el asunto. Pero no importa, porque, de golpe y porrazo, yo me reía. Yo me podía reír.

martes, diciembre 19, 2006

Persecución

El tipo corría. Sabía que lo seguían, y no miraba atrás. Saltaba los charcos como nunca antes lo había hecho, un par de veces trastabilló y la zafó de manera elegante, no atendió a un par de personas que pasaban y que lo llamaron porque lo conocían. Nada, solamente correr y escaparse y correr y escaparse. Sin mirar atrás.
Los cordones se le desataron. Él lo notó, pero no paró, porque lo iban a agarrar. Así que era triple el riesgo: el peligro de ser perseguido, el peligro de tropezar irremediablemente y el de pisar cualquier cosa.
Empujaba todo. Solía pedir perdón cuando le ocurrían cosas como ésta. Pero al carajo con la cortesía si por eso podía morir.
Entonces creyó escuchar: el perseguidor lo nombraba. Y le gritaba. El otro le avisaba que estaba detrás, que tarde o temprano iba a alcanzarlo, y él tuvo que redoblar sus esfuerzos.
Ahora le dolía ahí, en el costado, el bazo. Ya no podía más. Sentía una molestia aguda en la garganta, las piernas acalambradas, hasta los ojos irritados. Iba a parar, lo sabía, bastante había aguantado.
Y eligió una esquina linda para detenerse. Una esquina con un árbol con flores. "Bueno, acá está bien. Que sea acá". Se dio vuelta, era puro jadeo, y miró, buscando a quien lo seguía. Cómo reconocerlo. Al menos quería saber a quién estaba esperando. Y los que venían caminando hacia él lo miraban extrañados, y algunos ni siquiera eso, algunos ni lo miraban. Nadie se le acercaba, pero él sabía que su perseguidor había estado pisándole los talones. Y más hacia el final, cuando él había tenido que disminuir la velocidad para ver si aguantaba un poco más. Por eso no entendía, por eso no concebía estar parado, esperando ser aprehendido, y que el enemigo no llegara.
Pasaron cinco minutos. Se preguntaba qué habría pasado si, en vez de esperar todo ese tiempo, hubiera salido caminando. Ahora era tarde, el perseguidor tenía que estar muy cerca.
Pasaron dos minutos más y nada, la gente se le aproximaba, pero continuaba su camino. Entonces comenzó a pensar que ya no lo estaban siguiendo. Es más: pensó que tal vez nunca lo habían seguido, que quizás había sido producto de su imaginación, retorcida generalmente y poco avezada cuando tenía sueño.
Suspiró y, mucho más tranquilo, se imaginó una sopa y la cama mullida. Se dio vuelta y dio un paso. Y ahí fue cuando sintió una mano apoyarse en su hombro.
- Te caché.- dijo una voz ronca.

domingo, diciembre 17, 2006

Quién no la tiene

Espera una palabra cariñosa y recibe un cachetón desmedido.
Nada parece alterar, por ejemplo, la tranquilidad de las mariposas. A ella, en cambio, se le derrite la cara.

Le dicen una palabra y ya está dispuesta a explotar en rojo, como una manzana. Pero quién no la tiene.

Siempre que se queda muda, maquina elucubraciones de lo más variadas: qué vejez será la que la espera, si debe pedir una porción más de torta, hasta cuándo le va a doler el dedo grandote del pie. Todo se pierde en una nebulosa, pero no importa. La odiosa la tiene agarrada, invisible, y hay que ver cómo soltarse.

miércoles, septiembre 27, 2006

A ver, a traducir un rato.

Dilluns, ma dona té els dits junts.
Dimarts, ma dona té els dits llargs.
Dimecres, a ma dona els dits li creixen.
Dijous, ma dona té els dits nous.
Divendres, ma dona té els dits téndres.
Dissabte, tot se pasta.
Diumenge, tot se menja.

miércoles, julio 26, 2006

Oscuridad

Estaba tan oscuro
que yo pensé en darle una muerte
a mi poesía.
Punto de partida:
Matar con tinta.
Me dije no. Ya no se usa
la pluma cucharita.
Matar a olvidos.
No. No se usa la flor entre los libros.
¿Matar a gritos?
¿Matar con símbolos?

¡Estaba tan oscuro
y mi poesía tan viva!

MIRTA ITCHART

miércoles, julio 05, 2006

Fragmento

Él agita la bandera que lo nombra solamente a él. Todos tienen que estar debajo de esa bandera. Es eso o la tumba.
Pero hoy ella elige usar sombrero. Elige ser acróbata, saltar en paracaídas, renegar de la tumba y la bandera, revolverse los pelos y quedar, así, peinada. Se niega a esconder la cabeza en el hoyo, a cerrar la puerta con su propia llave y con ella adentro.

domingo, junio 11, 2006

Porque la araña muerta tiene mucho más para contarnos

Ya tomé la decisión: voy a volverme esta araña que acabo de matar con un puño envuelto en pullover naranja, y a ver qué pasa.
Me tiro en el suelo, sin dejar de ver a mi araña, ahora una especie de grabado sobre la pared. Me tengo que conectar con ella, con su esencia de bicho atrapa-bichos, con su capacidad de moverse por lugares imposibles para mí. Tengo que hacer uso de mis sentidos. Y la visión, se sabe, es el más prestigioso de los sentidos. Pero no sirve: por más que la mire y la mire, yo sigo siendo yo y la araña sigue siendo un dibujo en la superficie blanca y fría que son los muros de mi prisión hogareña.
Tal vez si la toco pueda transformarme en ella. Me da un poco de asco tocarla, esa es la verdad. Pero al final pienso que tengo que intentarlo y apoyo un dedo índice en esa mancha negra con patas. Cierro los ojos, me concentro, recuerdo las palabras de Tu Sam. Lo único que provoca en mí esta situación es pensar en el cuerpo muerto del bicho sobre el que tengo mi dedo. No va. No hay caso.
¿Y si la huelo? El olor de la pared, casi recién pintada, domina al olor ácido, pero casi imperceptible, de la araña.
Bueno, la oigo... qué ridícula, cómo la voy a oír, si está muerta no puedo.
¿Chuparla? Ni pensarlo, aunque... si quiero lograr algo... con un lengüetazo seguro la atravieso, partículas de araña en la boca, sensación de repulsión y decepción. Para nada tanto esfuerzo.
Y, finalmente, tendré que creer en el sexto sentido que, dicen, tenemos todas las mujeres. Entonces, la intuyo. Y sí, ahí está, ahí estoy, una araña con dos piernas y dos manos que no logra transportarse a lo largo de la pared y por el techo. Una araña que me odia y trata, en este instante, de hacerme probar suerte en la pared externa del piso once de mi edificio.

miércoles, marzo 22, 2006

Brujas

(...) La vieja aparentaba ser muy buena y amable, pero, en realidad, era una bruja malvada que acechaba a los niños para cazarlos, y había construido la casita de pan con chocolate con el único objeto de atraerlos. Cuando un niño caía en su poder, lo mataba, lo cocinaba y se lo comía; esto era para ella una gran fiesta. Las brujas tienen los ojos rojizos y son muy cortas de vista; pero, en cambio, su olfato es muy fino, como el de los animales, por lo que desde muy lejos advierten la presencia de las personas. Cuando sintió que se acercaban Hansel y Gretel, dijo riéndose malignamente:
-¡Ya son míos; éstos no se me escapan!
Se levantó muy temprano, antes de que los niños se despertaran, y al verlos descansar tan plácidamente, con aquellas mejillas sonrosadas, murmuró entre dientes:
-¡Serán un buen bocado! (...)

(fragmento de "Hansel y Gretel", recopilado por los hermanos Grimm)

martes, marzo 21, 2006

Tic-tac

¿Qué quieren esos hombres?

Quieren
que la sangre del mundo se mueva sólo en diástole
y vivir con un ojo nada más.

Quieren
que el péndulo en su curva
se pare siempre a la mitad
y oscile sólo a la derecha.
Porque tiene mareas, quieren asesinar al mar.

Quieren
que los relojes de la casa
funcionen sin tic-tac.

Quieren
que sólo se oiga el tic,
siempre el tic,
y que no se oiga el tac.

León Felipe

lunes, marzo 20, 2006

Eritrea

En el año 1943
en Eritrea
a un costado de siglo
Virginia y yo hablábamos de un muchacho
que conocía el lenguaje de las flores
entre nubes de mosquitos
bajo un calor sofocante
Ambos creiámos firmemente en los baobas y las caricias
y no teníamos nada que ver con esa guerra
Pero al llegar a Nueva York
Virginia se compró un sombrero
yo una motocicleta
y el muchacho de quien hablámos, no sé
olvidó el lenguaje de las flores.

Néstor Perlongher

lunes, febrero 27, 2006

domingo, febrero 26, 2006

Viejas minificciones

Insomne
Por la noche, la loca les ponía a sus ovejas camisones con flores verde manzana. Les cantaba ciertas canciones para que se durmieran. Pero ella nunca lograba conciliar el sueño, porque, a la hora de contar, ninguna oveja saltaba la valla.

Disfraces
Las sábanas cubren cada cosa de la casa. Cada cosa de la casa se queda, en realidad, y cada cosa de la casa se pregunta por qué insisten en disfrazarla de fantasma, si son ellos los que se convertirán en espectros de alguna u otra manera.

Tardanza
La muerte te esperó ansiosamente. Vos, que ignorabas lo que ella planeaba para tu futuro, te quedaste mirando la vidriera de un bazar viejo del centro. La muerte se cansó de esperarte y se fue maldiciendo. Perdiste tu oportunidad: ahora sólo te queda aprender a ser eterno.

miércoles, febrero 15, 2006

las viejas de lengua, la loca (y vieja) de historia y la de plástica a secas

A no asustarse con las caras de pasaporte de unas. Pero tampoco confiar en la
apariencia de mujeres reflexivas y centradas de las otras.

sábado, febrero 11, 2006

El Cucu la tiene clara

El Cucu la mira con desconfianza. Ya no es lo mismo. Algo cambió.
María se fue, ahora vuelve. Parece una histeriquita. Que vengo, que voy, que vengo, que me vuelvo a ir. Cómo no va a estar enojado el perro.
Ahora que ella estuvo de viaje por cuarta o quinta vez desde el inicio de su relación, él aprovechó para irse a pasar unos días al campo, con un tipo un poco careta, pero piola, qué sé yo. El caretita ese lo dejaba dormir debajo de la cama, y escuchaban Jorge Drexler como dos buenos amigos.
Llegó María y se pudrió la joda. Hora de volver con las muñecas. Al Cucu le gusta estar con las muñecas, y le gusta estar con María, también, pero está enojado. Y a decir verdad, las muñecas le dan miedo: en octubre del año pasado creyó ver que una de ellas se movía, no se lo va a olvidar. Eso sí: por suerte va a poder ver al perrito ese de la vuelta al que... quiere tanto y a la amiga de María, la divina esa que le habla de igual a igual y juega con él a las escondidas. Y por suerte ya no está la rompe de la gata, la tocaya de la amiga de María. Se escapó, la loca. Era hora.
Cuando el tipo piola lo lleva de vuelta a su residencia en la calle Agustín de Arrieta, lo primero que hace es ir al patio, a ver si algo cambió.
Es una jungla, y las muñecas son ahora unas Jane estáticas. La de la lámpara como cabeza hasta tiene un vestido que podría pasar por el vestido de la novia de Tarzán. Al Cucu le gusta pensar que es el Rey de la Selva, y aúlla y los vecinos putean mientras aumentan el volumen del televisor. A él no le importa. Y le tira onda a María para que haga de Chita. O a ella no le gusta la idea, o no entiende la propuesta, o tiene ganas, pero prefiere hacerle unos mates al caretita, que tan bien se ha portado. Y, bueno, piensa el Cucu, allá ella. Una vez que los papeles se invertían... Hubiera estado interesante.

miércoles, febrero 01, 2006

Acusan de violentos a mis posts







He recibido algunos comentarios acerca de la violencia que caracterizan a mis últimos posts.
Aquellos que se sintieron traicionados por la suspensión momentánea de mis pacíficos textos e imágenes, tomen esto como una compensación. Pero no vayan a leer y ver la fotonovela que prontamente será subida.

martes, enero 31, 2006

Nina tiene razón

Le había contado lo de aquella chica que nunca lo había podido olvidar. Le había contado lo de la chiquita, que le había hecho una escenita tierna cuando él le fue con sus planteos. Y ahora se lo decía, una vez más, a ella. Que tengo dudas, que no sé qué quiero. En fin, toda esa basura recontra repetida, ese maremagnum de clichés que ni él se creía, a pesar de sonar tan convencido.
Pero lo que estuvo buenísimo, lo que ahora ella recuerda realmente divertida, fue cuando le largó entre risas, hacia el final de una tarde espeluznante aguantada estoicamente (de paciente, de enamorada o de puro boluda, nomás): "Eso les pasa por enamorarse de un tipo como yo". Ella se dijo (para no trompearlo): "muchos lo piensan, pocos lo dicen.".
Al poco tiempo, escuchaba a Nina Persson cantar "Been it", y sentía haber llegado a un entendimiento trascendental con todas las mujeres despechadas de este mundo cruel (de resentida, de cursienta, o de puro boluda, nomás). Era un buen tipo, después de todo.

lunes, enero 23, 2006

"¡¡Copate!!"



Se viene "¡¡Copate!!", una historia de violencia, crímenes y amistades imposibles. Una superproducción con figuras estelares en un lugar de ensueño.

Dirigida, escrita y protagonizada por estas dos de acá al lado.