lunes, diciembre 05, 2005

Historia del gallo por partes/III

Gallo en problemas

-¿Fiambre?
-Algo muerto y frío.
Descubren que uno de los chanchos de la granja de don Antolino Martín, tal vez el más cochino de todos, Azul Cielo y de Ultramar, ha perecido de un modo más que dudoso: ahogado en un estanque de agua mugrienta.
Se escuchan opiniones y comentarios confusos:
-¿Se habrá trompezado?
-¡Tropezado, bestia!
-Era medio tololo, Azul Cielo y de Ultramar.
-Oink, oink.
-¡Ponete las pilas, che!
-Para mí lo asesinaron...
-¿Quién lo pudo haber empujado?
-Este Azul Cielo era como el pato, un paso y una...
-¡Eh! ¿Qué te pasa?
Al final, todos llegan a la conclusión de que Azul Cielo y de Ultramar ha sido empujado.
Claro, en la granja de Antolino Martín, los animales siempre mueren en manos del amo o por causas naturales. También lo hacen por propia torpeza: en una ocasión, una oveja distraída se durmió con la almohada encima; otra vez, un perro, jugando a la ruleta rusa, se pegó un tiro en la espalda; incluso una gallina se cortó el pescuezo para hacer un chiste y resultó que no se pudo volver a poner la cabeza y encima se murió.
Pero lo de Azul Cielo y de Ultramar es raro. Y las sospechas sobre un posible asesinato crecen por tratarse de la muerte de un personaje más que polémico. Azul Cielo era alguien que no solía caer bien a los animales, y carecía de amigos: de chico no prestaba, desenroscaba las colas de sus compañeros, en su juventud se había afiliado a algún que otro partido de mala reputación. En su vida, realmente, ha cometido muchos chanchullos.
¿Pero quién fue el autor del crimen? Las dudas se disipan cuando descubren unas marcas como de pico en las nalgas del occiso. Es decir, lo pincharon y pincharon hasta tirarlo en el estanque. Aquí, el círculo de sospechosos se reduce a los animales de pico puntiagudo: los gallos, las gallinas y pará de contar. Y una tarde, poco tiempo después del suceso, una vaca que pasea por los alrededores de los depósitos de don Antolino descubre al gallo más joven afilándose el pico con una máquina afiladora. De más está decir que todos lo inculpan. Así, el gallo joven es expulsado de la granja por decisión de los mismos animales, al chancho lo lavan y lo hacen jamón y el gallo viejo, reconciliado con Antolino, retoma su antiguo puesto.
Pero el gallo joven, que insiste en su inocencia, ha jurado volver con pruebas de que todo ha sido un complot en su contra.

3 comentarios:

Pillow_of_Winds dijo...

No lo puedo evitar. No puedo sentir simpatía por el gallo joven aún.

Por otro lado, debo reconocer que ese destierro estuvo plasmado de fallas legales y que todos, hasta los gallos, somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

Unknown dijo...

ummm.... las pistas son confusas...

Anónimo dijo...

qué dolor afilar el pico...
algún día se va a cortar y se va a sangrar.
ahí se van a dar cuenta, el que tenga la lastimadura es el que se afila el pico...